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5 emociones fundamentales. La alegría


La alegría es la emoción que se produce cuando tenemos un sentimiento de placer sobre algún acontecimiento que asumimos como positivo para nuestras vidas. La alegría también se podría describir como un sentimiento de gratitud hacia cosas, personas y situaciones buenas para nosotros.

En general, la palabra alegría se encuentra vinculada a un gran número de palabras que son sinónimo de esta, tales como diversión, gozo, entusiasmo, entretención, entre otras.

La alegría forma parte de las 5 emociones básicas que todos los seres humanos tenemos y que hemos experimentado alguna vez en nuestras vidas. Como decíamos en nuestros artículos anteriores sobre la tristeza y el enojo, ninguna de nuestras emociones básicas surge con el objetivo de dañar o destruir, sino que existen con el fin de protegernos y asegurar nuestra supervivencia. Te dejamos el enlace donde hablamos de estas 5 emociones: Las 5 emociones fundamentales en los seres humanos.

En base a lo anterior, la alegría es la que nos va a garantizar una mayor energía ante diversas situaciones y nos generará bienestar emocional.

La alegría se siente de forma inmediata y suele ser pasajera, ya que es la emoción que, como hemos mencionado antes, se genera a partir de un suceso positivo. Esto es diferente a la felicidad. La felicidad es un estado resultante de la prolongación de la alegría. Por ejemplo, cuando tenemos éxito en el área profesional o en el área personal, surge esta sensación de felicidad.

Existen diferentes maneras de sentir alegría, que dependen principalmente de la situación que la produzca. Sin embargo, la alegría que tratamos en este artículo es la alegría verdadera, la cual es espontánea y natural y se genera tras un acontecimiento placentero.

La alegría hilarante se experimenta en respuesta a situaciones o comentarios que nos parecen graciosos. Otras variaciones de la alegría son, por ejemplo, cuando es simulada. En este caso, la persona se muestra alegre sin realmente sentirlo. O la alegría maligna, que se experimenta por la desgracia ajena. Estos tipos de emociones no traen ningún beneficio físico ni psicológico y no hacen parte de las emociones fundamentales de las que trata este artículo.

Cualquier emoción mal manejada puede llegar a convertirse en un enemigo interno, ya que en múltiples ocasiones suelen aparecer enfermedades de difícil diagnóstico o tratamiento por la mala gestión de una emoción que se enraizó durante años, convirtiéndose primero en un sentimiento constante, para luego pasar a ser un estado de ánimo que a su vez provoca el deterioro del cuerpo a causa del efecto físico que produce (estrés, pulso cardiaco elevado, desequilibrio del sistema inmunológico, etc), además de otros factores como los hábitos y la alimentación.

La euforia o alegría patológica es otro caso de una emoción mal gestionada. Esta se activa cuando la alegría verdadera se siente en cantidades desproporcionadas, ya que cuando la persona se ríe todo el tiempo o siente felicidad por todo cuanto le ocurre, es fácil que pierda el control y deje de lado su objetividad. Un ejemplo claro es la alegría que podría producirse ante un episodio maníaco, en el que la persona se encuentra en un estado de hiperactivación desbordado que puede ser peligroso, poniendo en riesgo su salud mental.

Es importante por tanto conocer nuestras emociones y aprender a gestionarlas expresándolas de manera adecuada, ya que parte de la canalización de la misma consiste en no guardarla o ignorarla como si no existiera. Se trata de hablar y expresar lo que sentimos sin perder la paciencia ni dañar a los demás. De aquí surge el concepto de asertividad, que resulta muy útil conocer y aplicar en nuestras vidas.

Varios de los conceptos que hemos mencionado en este artículo los trataremos en otros artículos más adelante.

Esperamos que este artículo te sea de gran ayuda. No olvides registrarte en nuestro Blog para recibir notificaciones sobre más artículos interesantes como este.



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