Cuando escuchamos hablar de Colorimetría, normalmente pensamos en un método de medición del color, y efectivamente con la Colorimetría buscamos identificar cuál es la proporción de colores cálidos y fríos, claros u oscuros, suaves o intensos en los rasgos físicos de nuestros clientes. Por esta razón, los asesores y coaches de imagen aplicamos algunas estrategias para diferenciar estos puntos y definir los colores que ayuden a nuestros clientes a iluminar su rostro.
Sin embargo, algunas personas resultan ser de difícil diagnóstico por sus características físicas. Estas personas normalmente se encuentran en el límite de dos subestaciones, y es ahí donde algunas personas son consideradas "neutras" en su Colorimetría o donde algunos profesionales de la imagen personal indican esto a sus clientes, lo cual no es correcto.
Todas las personas tenemos diferente cantidad de pigmentos en nuestra piel, en función de nuestra biología celular y, por supuesto, de la genética que cada persona ha heredado. La producción de estos pigmentos no suele ser exactamente igual, por lo que hablar de neutralidad puede resultar inexacto.
En este artículo quiero explicarte cómo resolver el gran dilema de identificar a las personas que se encuentran entre las dos Subestaciones que con mayor frecuencia generan dudas al momento de realizar un diagnóstico de Colorimetría. Estas son: Invierno y Otoño Profundo u Oscuro.
Existen 2 formas de identificar exactamente a cuál de las dos Subestaciones pertenece una persona:
1. La primera es haciendo una prueba de drapeo si es presencial, o si es online que la clienta use una prenda superior de color rojo tomate (o un rojo cálido) y otra de rojo violáceo (o un rojo frío), y que nos indique con qué tonalidad se siente mejor. Adicionalmente, el asesor de imagen desde la pantalla puede observar y comprobar los rasgos físicos del cliente.
2. La segunda forma de identificar la Subestación exacta del cliente, es preguntando si sufre de descamación (molestia y desprendimiento de la capa superior de la piel) o si la piel se torna roja después de tomar el sol, porque aunque la piel reciba los efectos del sol y logre quedar más morena con el tiempo, la piel con mayor pigmentación fría suele descamarse o enrojecerse en algún momento. Una persona con pigmentos cálidos no suele notar estas alteraciones en su piel.
Una tercera forma que para mí es menos fiable, es mirar la zona del escote y ver qué tan morena se ve la piel en esta zona. Este área del cuerpo suele recibir menos luz solar directa, pero esto siempre dependerá de la frecuencia con la que el o la cliente(a) reciba la luz solar en la zona del pecho. Por ejemplo, si una clienta suele utilizar ropa con escote, la piel de esta zona puede tornarse algo bronceada sin tener una Colorimetría cálida.
Un ejemplo perfecto de este tipo de casos es Penélope Cruz. Por su Colorimetría, ella es Invierno Profundo, aunque algunos tonos cálidos le sientan muy bien.
Existen muchos ejemplos de personas latinas, incluyendo España, a las que les sucede lo mismo (aunque esto siempre depende de su mezcla racial).
En definitiva, el cuerpo humano es susceptible de medición, por eso es importante trabajar el Autoconocimiento en el cliente para que sea él o ella nuestra herramienta de medición más precisa!
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Te deseo un feliz día!
Por Vivian Caldas
Consultora de Marca Personal y Coach de Imagen