Como lo hemos mencionado en el post sobre El Autoconocimiento en la imagen personal, el autoconocimiento juega un papel fundamental al momento de mejorar nuestra imagen y como lo recomendamos en dicho post, puedes elaborar un listado de los aspectos positivos que consideras que tienes y separar los que están dados por la personalidad y por la imagen corporal o externa, identificando mediante este ejercicio cualidades y hábitos positivos. Esto te ayudará a realizar un inventario de todas las características positivas con la que cuentas para comenzar a trabajar el potencial que tienes y de esta manera ir mejorando tu imagen de forma progresiva.
Existe una gran cantidad de ejercicios sencillos y muy prácticos que pueden ayudarte a conocerte mejor y a establecer patrones o características de comportamiento, actitud, personalidad y físicas con las que seguro ya cuentas, pero que posiblemente no conocías y, por ende, no habías aprendido a explotar antes.
Recuerda que el objetivo de los ejercicios que realices no es incrementar el nivel de autocrítica ni reforzar aquello que no nos gusta de nosotros. Por el contrario, con estos ejercicios podemos redirigir nuestras energías y enfocarlas hacia lo positivo y, a partir de allí, encontrar un camino hacia nuestro bienestar que posteriormente se refleje en la imagen que transmitimos.
Vamos a empezar esta serie de ejercicios, los cuales te recomendamos porque personalmente los hemos utilizado en aquellos momentos de la vida en los que nos hemos sentidos perdidos y nos hemos preguntado ¿qué debo hacer?, ¿por qué me siento así?, ¿qué es específicamente lo que siento y por qué?. Cuando te surgen las anteriores preguntas o cuestiones similares, estas en una situación de desconocimiento sobre ti mismo que es natural sentir, pero es imprescindible trabajar para que no se convierta en una sensación de vacío interno y de preocupación constantes. Dicho lo anterior vamos a comenzar con los siguientes ejercicios que a continuación te proponemos:
1. Este ejercicio lo hemos llamado: ¡El recuento de hoy!
Tiempo: lo ideal y lo recomendable es que lo trabajes durante al menos treinta días. Sin embargo, lo más importante es que lo hagas en días consecutivos y que no tomes menos de tres semanas cómo mínimo en hacer este ejercicio, para que puedas hacer un análisis más amplio y real sobre ti mismo.
Sí te tomas más de treinta días en hacer este ejercicio no hay ningún inconveniente, aunque la recomendación aquí es que sea en una cantidad de tiempo moderado, que te permita concentración y objetividad hacia lo que deseas lograr cuando finalices.
Ejercicio: todos los días al terminar tu día, puede ser antes de irte a dormir, escribe el final de estas frases:
“Hoy me he sentido bien conmigo mismo/a por...”
“Hoy he hecho algo bueno para mí cuando...”
“Me gusto más a mí mismo/a cuando...”
“Me empiezo a dar cuenta de que tengo la virtud de...”
“Aunque he cometido un error, me doy cuenta de que...”
Puedes completar estas frases con aspectos de tu manera de ser (internos) como con los aspectos de tu físico (externos), es decir según aplique el día en que lo hagas.
Cuando finalices el periodo de tiempo sugerido o el periodo en el cual lo hayas podido elaborar sin dejar de hacerlo un solo día, vas a leer todo lo que escribiste.
Elige tener una agenda o cuaderno de notas en el que realizarás estos ejercicios y allí anota las cualidades o patrones en común que observaste sobre lo que has completado para cada una de las cinco frases.
Objetivo: notarás cuando escribas las cualidades o patrones en común, que día a día tienes una forma de sentir, de expresarte y de hacer las cosas, pero como aquí nos centramos en lo positivo, podrás con este ejercicio identificar cuáles son las virtudes, cualidades y en general los aspectos positivos que se proyectan en ti e incluso que con todas las anteriores frases ya vienes trabajando, sólo que en ocasiones por el miedo hacia algunas circunstancias del presente o del futuro, nos imposibilitamos y dejamos de reconocer esas cualidades con las que ya contamos en nuestra personalidad.
2. ¡Tu retrato! Llamamos así a este ejercicio por su propia connotación.
Tiempo: este ejercicio normalmente no toma mucho tiempo realizarlo, pero dependerá de cómo decidas hacerlo, por ejemplo: en un sólo día, en una mañana, en una tarde, durante una semana; esto será a elección de cada persona.
Ejercicio: Toma una hoja de papel (de cualquier tipo aunque recomendamos que sea una hoja blanca). Toma un espejo y mira tu rostro en él, has un dibujo grande (en toda la hoja) de tu rostro acorde con lo que vez en el espejo. Esmérate y así consideres que dibujar es para otros, intenta elaborar un dibujo lo más parecido a lo que estás observando de ti. Puedes hacerlo solamente en lápiz, no es necesario que incluyas color.
No te desalientes si no queda exactamente cómo eres, es muy difícil que quede 100% exacto, especialmente si no tienes práctica dibujando, lo importante es que llegues al punto en el que consideres que has ubicado todas las características físicas que posees y aspectos como la expresión de los labios, de los ojos, las cejas, etc.
Cuando termines el dibujo, muéstrale la hoja a varias personas, te recomendamos entre diez y quince personas, sin importar que sean de tu círculo de confianza o no, aunque es entendible que será más fácil que te acerques a alguien que ya conoces y que te conoce, pero también y de hecho funciona muy bien cuando otros que no son de nuestro círculo de confianza nos dan su opinión.
No necesariamente debe ser mucha gente, pero te recomendamos este rango porque es óptimo y una menor cantidad de personas no será suficiente para obtener la perspectiva esencial de este ejercicio.
Dile a cada una de esas personas que escriban una palabra o una frase positiva que refleje lo que sienten al ver el dibujo, por ejemplo: alegría, tranquilidad, ternura o bien una cualidad sobre lo que ven, por ejemplo: hermosa, esbelta, mirada llena de energía, entre otras.
Te sugerimos no comentar que eres tú, incluso si los demás intuyen que es tu retrato, ya que de este modo las personas podrán ser mucho más objetivas. Puedes indicar que es para un ejercicio de un curso que estas tomando, lo cual es cierto, porque con esto estas aprendiendo a conocer lo más importante para tu vida <<tú mismo>>.
Objetivo: cuando finalices la actividad lee nuevamente todas y cada una de las palabras y frases que han puesto las demás personas de ti. Sin temor a equivocarnos sabemos que te sentirás muy bien, no importa si se repiten algunas palabras, mientras más se repitan incluso es mejor porque refuerzan ese aspecto de ti.
Como verás el objetivo es saber cómo mediante un retrato los demás identifican aspectos positivos de ti, lo cual dará como resultado la base de este ejercicio que es conocerte más mediante la opinión desinteresada de otros y por supuesto el sentirte bien contigo mismo.
Guarda el dibujo en un lugar que sea visible para ti o que puedas consultar cuando necesites refuerzos y/o motivación. Recuerda que todas las personas en el mundo necesitamos de refuerzos y de motivantes, aunque algunas personas exponen sus necesidades más que otras, lo que también depende de la necesidad en sí misma y de las circunstancias.
3. ¡Conócete a partir de tus necesidades! Más que un nombre esta es una premisa para lo que en principio queremos lograr mediante el desarrollo de este ejercicio.
Es claro que todas las personas tenemos necesidades por el simple hecho de ser seres vivos, en nuestro caso humanos. Por esto mismo, las personas no somos valiosas por lo que tenemos sino por lo que somos, conocer y respetar nuestras necesidades es algo fundamental para entender y aceptar quienes somos y especialmente entender que hemos venido a este mundo simplemente a ser felices.
Tiempo: El tiempo aquí no aplica, ya que es indiferente cuanto te tome en realizar este ejercicio.
Ejercicio: en una hoja, agenda o en el cuaderno de notas en el que estés trabajando este tema, formúlate las siguientes preguntas y respóndete con sinceridad:
¿Cuáles son las necesidades más importantes que tengo?
¿Lo que necesito ahora lo he tenido antes? Aquí respóndete sí o no. En caso de ser un sí anota nuevamente esa necesidad.
¿Cuál es el origen exacto de las nuevas necesidades?
¿Qué sucedería si no logro suplir esa necesidad? Describe la situación particular que ocurriría.
¿Cómo me sentiría si no logro suplir esa necesidad? Escribe los sentimientos particulares que podrías tener.
Puedes incluir necesidades de aspectos internos como por ejemplo: necesito tranquilidad, necesito mejorar mi autoestima o también aspectos externos tanto físicos de tu cuerpo como materiales, por ejemplo: necesito hacer un curso de inglés, necesito controlar mi peso, necesito hacer un viaje de turismo lejos de mi ciudad, entre otros, es decir según aplique a tu circunstancia.
En el caso en que descubras que anotaste necesidades que luego al responder las demás preguntas ya no consideres de real importancia, bórralas y quédate con las realmente importantes.
Objetivo: conocer si lo que necesitas es prioritario e importante o si existe una necesidad que ya ha sido resuelta y aún te genera ansiedad al no reconocer que ya se suplió, por lo que deberás dar paso a otras cosas de mayor importancia en tu vida.
Por ahora te dejamos estos tres ejercicios sencillos, aunque muy poderosos. Estamos seguros de que si los realizas con calma, constancia y objetividad, vas a ir conociendo y reconociendo cada vez más las cualidades que posees y que te forjan como persona.
Para nosotros es muy importante saber si te han sido útiles estos ejercicios, así que te invitamos a que te suscribas y compartas tu experiencia con las demás personas que visitan este blog, ya que tu opinión tiene un valor muy importante para quienes la leeremos.
¡Feliz día!
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